domingo, 4 de septiembre de 2011

Un respiro más.

Rocas, muchas rocas, sentada en el borde de una de ellas embobada con el vaivén de las olsa y el viento en mi pelo, con la mirada perdida en el horizonte, y en mi cabeza...nada, ni siquiera el menor pensamiento, absolutamente nada, apenas era consciente de que en el lugar en el que debía estar teniendo calor se me había puesto la piel de gallina por lo maravilloso que era eso, pasaron 45 minutos y yo seguía ahí atontada con el mar, con su sonido tan relajante, no me daba cuenta de que me  estaban hablando diciendo que tenemos que irnos...

Luego venía la noche, alto, lo más alto que se podía estar, en la azotea, totalmente al aire libre, mirando las estrellas, volviendo a perderme en la tranquilidad, en la relajación, evadiendo todo intento de pensar, toda intención de sentir algo que no fuera ni frío ni calor, simplemente era yo, no había nada ni nadie más y era tan feliz...

Pero como todo lo bueno se acaba aquí estoy una vez más escribiendo sobre mi patética vida que seguirá pateandome cada vez que pueda y cada vez más fuerte, pero seguiré verdad? por qué no? si ya he llegado hasta aquí, pero prefiero ser un alma errante...


"Ese sentimiento siempre estará vivo, nadie me hará dejar de pensar así, siempre intentaré ser mejor. Pero siempre habrá algo que me haga ver la realidad y que me ayude a ir por el camino correcto y no caer en los mismo. Siempre hay otra solución. Aunque en el fondo siempre tendré el miedo de volver a caer."

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