Siempre
somos juzgados por nuestro aspecto, por el simple echo de vestir como
queremos, maquillarnos como nos apetece, por llevar un peinado
diferente... por ser quienes queremos ser. ¿Pero acaso somos sólo eso? o
tal vez ¿algo más detrás de cada persona?
Desde que somo pequeños, nuestro padres nos enseñan que no hay que
juzgar a las personas sin antes conocerlas (o por lo menos a mi) y que las apariencias no deben
influenciarnos porque, detrás de cada fachada hay grandes personas
ocultas. Como si después de haber conocido a la persona tuviéramos
derecho a juzgarla, cuando, en realidad, eso no es así. Ni siquiera cuando conoces a una persona o cuando crees que la conoces tienes derecho a criticarla ni a juzgarla, porque nadie es perfecto y todo el mundo tiene derecho a equivocarse.
Siempre he sido una persona a
la que han juzgado muchos, sobre la que la gente se creía que tenía
derecho a opinar y a cambiar su forma de ser y de pensar. Desde que era
bien me pequeña la gente me ha manipulado como ha querido, han hecho
conmigo lo que les ha dado la gana e incluso, llegué a pensar que tenían
derecho hacerlo. Consiguieron que hiciera lo que los demás hacían y
dejara mis gustos y mis opiniones a un lado. Pero eso, me ha hecho ser
la persona que hoy soy y no dejarme manipular. No sé si darles las
gracias o odiarles de por vida.
Después de tantas críticas,
de tantas represiones, hace algunos de años conseguí ser yo misma y dejé
de preocuparme por lo que los demás dijeran. Así que, hoy día, soy una
persona rara, extravagante y todos los sinónimos que seáis capaces de
encontrarle. Una persona complicada, conmigo no te valen los prototipos.
Digamos que rompo con ellos, ya que, a simple vista te puedo parecer
una persona egoísta, despreocupada, desordenada, a la que todo le es
igual... Pero no, no soy así, soy maniática rozando lo obsesivo,
meticulosa y perfeccionista y le doy demasiada importancia a las cosas,
quizás más de la que tiene. Pero soy así. Lo que he vivido en mi vida,
esas desilusiones, decepciones, golpes, las alegrías, los buenos
momentos, los cambios y sobre todo, todas y cada una de las personas, ya
sea para bien o para mal, que han pasado por mi vida, me han hecho ser
como soy yo.Y ahora, precisamente ahora no voy cambiar. Esta soy yo (:
ResponderEliminarPara ser más fuerte hay que desnudarse ante uno mismo y aceptarte tal cual se es y las circunstancias propias que la vida que a veces regala... y todos aquellos que nos rodean son seres ajenos que no hay que darles pie mi credibilidad, para que no salgan heridos los sentimientos con el pasar del tiempo...
Un abrazo sentiendome muy halagada por tu presencia en uno de mis escritorios.
Buen comienzo de semana!!
María del Carmen
Siento que tus textos son un regalo del viento
Y su lectura la textura del acercamiento.
Siento que tus textos se visten de espuma
Y su lectura es el aliento de una dotada pluma.
Siento que hoy tengo una escusa
Para brindarte con pausa mi ternura.
Sintiendo el tacto de este abrazo
Que te estoy dando
Con la calma que de él se esta adueñando.
María del Carmen