viernes, 2 de noviembre de 2012

Esa sensación de montaña rusa...

Y cuando ya no esperas nada, de pronto, llega. Un sentimiento que crece, que me come por dentro, que me hace más débil y más vulnerable. Un sentimiento que se vuelve adictivo.Una sensación especial que ya creías perdida te va invadiendo poco a poco, filtrandose en tus huesos como mil agujas atravesandote la piel, sin opción a frenar, solo dejarse llevar, como en una carrera en cuanto coges velocidad en la ultima curva, no puedes frenar de golpe sin que eso tenga malas repercusiones. Y tienes ahí la tentación de pecar. Pero... ¿Cómo sabes si un pecado es malo sin antes probarlo? Yo ya he tomado una decisión, voy a probar. Por una vez voy a dejarme llevar sin pensar en las consecuencias, sin darle tantas vueltas a las cosas. Bueno, en verdad seguiré pensando en todo, soy así, ¿Qué se le va a hacer? Tal vez todo tenga un porque y que esto pasara estaba escrito, tal vez, solo tal vez acabe bien. No sé, pero en mi interior sé que necesitaba esto.